LA REVISTA MENSAJERO DE LITERATURA
Por Juan Cu
De las pocas revistas que llegaron a imprimirse 4000 y 6000 ejemplares en Mèxico, aprox. una tonelada de papel. Lo transportaban
los propios impresores y ayudantes de la imprenta, y que siempre nos quedaron mal en la
entrega, aveces hasta dos semanas o tres en la cochera de la casa de la excelentìsima maestra Carmen Sánchez abuela del director de la revista Janitzio Villamar,
hoy centro Cultural" La Carmelita".
Alguna vez amenazamos a los cargadores, que, por su
incompetencia constante, en el futuro tendrían que llevar la revista al
departamento donde se reunía el consejo editorial de la revista; este edificio sin elevador, se ocultaba en el quinto piso sin ventanas a la calle, las escaleras desniveladas y sin barandal para sostenèrse, edificio obscuro a pesar de la luz del dìa y
que además según los vecinos del edificio,
"espantaban por la noche sombras densas, es decir sombras cargadas de varias tonalidades, sombras sobrepuestas..."
--
puedo asegurar que esto era falso porque yo no las vi, aunque en el ambiente del edificio se
percibìa un aire fresco y detenido muy especial, semejante a esos lagos
naturales quietos en el tiempo, significativos solamente para la
contemplación --
Con esta advertencia mejoraron el servicio de entrega
notablemente. Luego los distribuidora PERNAS repartìa la revista en la ciudad de México durante
el primer mes, y en toda la república mexicana en los dos siguientes.
La revista con temática Beat se vendieron 150 ejemplares la primera
semana según la distribuidora PERNAS en su factura que yo recogí en la
avenida Lázaro Cárdenas. A $ 15.00 pesos ejemplar ya estaba pagada la
mitad del costo de la edición. A los amigos dueños de los puestos de
revistas y periódicos en la ciudad de México les gustó la portada y la
exhibían al frente del revistero para atraer a los caminantes, y estos
acudían prestos a comprarla "por su atractivo resplandor", según los
boceadores.
Cuando llevé la revista Mensajero de Literatura a las
estaciones de la radio, entre ellas la XEQK la hora exacta de
observatorio 1350 khz de AM en Río Churubusco y Cuauhtemoc, aquella que
daba la hora minuto a minuto, y otras estaciones de radio que trasmitìan en vivo, y de los pocos
programas de radio sobre cultura literaria que había en los años noventa del siglo pasado
consideraban a la Revista Mensajero de Literatura como una ¨una revista de jóvenes muy jóvenes", pero que fue
mejorando en cada número trimestralmente, tànto que hasta el propio Carlos
Monsivaís a quien le entregaba en sus regordetas manos la revista, la hojeaba
preocupado en ese mismo instante en busca de la crìtica que le habìamos prometido publicar sobre alguna temática
de su introducción a la extensa antología de La Poesía Mexicana del
Siglo XX (1966), Poesía Mexicana II, 1915-1979 (1979) La Poesía Mexicana
II, 1915-1985 (1985).
También la revista Mensajero de Literatura fue
censurada la portada a cuatro tintas --rojo y negro-- con la temática
BEAT, ( una postal inglesa de los años setenta original de una mujer
desnuda en un camión de servicio público de color rojo, rojo inglés, rojo
clásico de un "bus" de dos pisos de la ciudad Londres a la manera de la película
de la Naranja Mecánica, obsequiada la postal a la editorial Mensajero por la
escritora Siboné Cerisola en un largo viaje que realizó a europa, postal censurada de
la que se tuvo que pegar una etiqueta roja para cubrir los hombros; y como respuesta incluìmos debajo de la etiqueta censurada un logotipo de la revista para ganarse un libro para aquèl que tuviera la suerte de encontrarlo. Fueron 400
libros entregados a los ganadores.
La revista fue censurada y
recogida en el palacio de Bellas Artes cuando se repartió gratuitamente
en uno de los últimos homenajes a Jaime Sabines.
A decir verdad cargaba 400
ejemplares, doscientos en cada mano a las diferentes
instituciones para su distribución en bibliotecas escolares.
Sobre el
proyecto de traducción El Elefante Blanco con Philippe Ollé Lapruneen
que en ese entonces fungía como encargado de la cultura de la embajada
de Francia y este proyecto consistía en que tarducírìamos a poetas
franceses publicados en las revistas francesas para hacer lo mismo en la revista Mensajero de Literatura.
Recuerdo que se invitó al pintor Felipe Gaytán Gaytán
para colaborar con la revista, al principio escribió un artículo
llamado" La Biblia, Brugel y la Torre de Babel" con el inconveniente de
incluir varios temas generales en un mismo escrito, (un paso natural de
todos los que empezamos a escribir) pero el consejo de Mensajero de
Literatura no aprobó para su publicación, y el Sr. Felipe Gaytán nos
mandó a la tiznada, yo le sugerí que insistiera en su artículo y le
advertí de algunos puntos en su escrito (que escoja sòlo un tema de su artículo y
lo desarrollase de la siguiente forma: dele paseos por las diferentes interpretaciones a su
gusto y razòn, que revisara también a otros autores lo que escribían al
respecto y tratara de añadir, citar, o contradecir sobre estos mismos
autores en cuestión -- esta es parte de la crítica moderna -- y sobre
todo y lo màs importante: lo más breve posible que ello no es más que escribir certero, agudo, y
agradablemente irónico, dejando atrás las dudas y ambiguedades propias
de la reflexión.
A la semana siguiente presentó el escrito y lo
aprobamos, además se le creó el nombre de la columna permanente en la revista
llamada: " Da Vinci narraba con el pincel..." (culpo a los del consejo
editorial democrático por la aprobación de este título)
Con el tiempo nos quedamos
solos, ya que no aguantaron la disciplina y el rigor los participantes
del consejo editorial al crearse el Centro de Estudios Mensajero de
Literatura, debido a que se imponía la obligación de leer libros
verdaderamente, en el caso de la temática Beat se leyeron casi 10 libros
por persona de cuarenta que habíamos conseguido de difícil adquisición,
caros, y de las ediciones casi todas fueron de publicación en idioma inglés.
No aguantaron la
presión los del consejo editorial de la Revista Mensajero de Literatura y dejaron de asistir. Recuerdo a
Jafett Martelli que escribía de vez en vez crónicas en los periódicos, no lo ubico en el presente en ningùn lado de la literatura; le gustaba la fotografía, no dudo que cambió las letras
por la cámara fotográfica leica con óptica Carl Zeiss; y al Sr.
Wenceslao Bruciaga su cuate que recién publico un libro --"Tu lagunero no vuelve
más" --también del consejo editorial que escribía prosa vanguardista (?)
sobre temas como, el sexo, y la insoportable vida en el mundo, etc.,
quería ser maldito... ese fue su error --genio y figura--
Al escribir, Wenceslao no lo hacía mal,
pero cuando había que hacerlo de una temática impuesta por la revista
se le dificultaba la escritura y se volvía arrogante. ( Aquí esta el
secreto de la profesión que es la característica de los grandes
escritores, su talento ante la diversidad literaria) No he sabido de él
sino cuando leí en el revistero de un consultorio, allí, en la última
página de una revista femenina, y a todo color, nuestro compañero del
consejo editorial escribíendo sobre un tema neutro ¿ambigüo ? que para
el contexto de la revista no había lugar, y que ya no recuerdo el
argumento ni motivo; atribuyo èsto a que no entendí el escrito, ni para qué lo
escribía.
Ojalá se reencuentre con la literatura, ahora más veterano, que
estamos aquí para apoyarle.... Juan Cu