miércoles, 3 de abril de 2013

LA REVISTA MENSAJERO DE LITERATURA
Por Juan Cu


De las pocas revistas que llegaron a imprimirse 4000 y 6000 ejemplares en Mèxico, aprox. una tonelada de papel. Lo transportaban los propios impresores y ayudantes de la imprenta, y que siempre nos quedaron mal en la entrega, aveces hasta dos semanas o tres en la cochera de la casa de la excelentìsima maestra  Carmen Sánchez abuela del director de la revista Janitzio Villamar, hoy centro Cultural" La Carmelita".  

Alguna vez amenazamos a los cargadores, que, por su incompetencia constante, en el futuro tendrían que llevar la revista al departamento donde se reunía el consejo editorial de la revista; este edificio sin elevador, se ocultaba en el quinto piso sin ventanas a la calle,  las escaleras desniveladas y  sin barandal para sostenèrse, edificio obscuro a pesar de la  luz del dìa y que además según los vecinos del edificio, 
"espantaban por la noche sombras densas, es decir sombras cargadas de varias tonalidades, sombras sobrepuestas..."
 -- puedo asegurar que esto era falso porque yo no las vi, aunque en el ambiente del edificio se percibìa un aire fresco y detenido muy especial, semejante a esos lagos naturales quietos en el tiempo, significativos solamente para la contemplación -- 

Con esta advertencia mejoraron el servicio de entrega notablemente. Luego los distribuidora PERNAS repartìa la revista en la ciudad de México durante el primer mes, y en toda la república mexicana en los dos siguientes. 

 La revista con temática Beat se vendieron 150 ejemplares la primera semana según la distribuidora PERNAS en su factura que yo recogí en la avenida Lázaro Cárdenas. A  $ 15.00 pesos ejemplar ya estaba pagada la mitad del costo de la edición. A los amigos dueños de los puestos de revistas y periódicos en la ciudad de México les gustó la portada y la exhibían al frente del revistero para atraer a los caminantes, y estos acudían prestos a comprarla "por su atractivo resplandor", según los boceadores.

 Cuando llevé la revista Mensajero de Literatura a las estaciones de la radio, entre ellas la XEQK la hora exacta de observatorio 1350 khz de AM en Río Churubusco y Cuauhtemoc, aquella que daba la hora minuto a minuto, y otras estaciones de radio que trasmitìan en vivo, y de los pocos programas  de radio sobre cultura literaria que había en los años noventa del siglo pasado consideraban a la Revista Mensajero de Literatura como una ¨una revista de jóvenes muy jóvenes", pero que fue mejorando en cada número trimestralmente, tànto que hasta el propio Carlos Monsivaís a quien le entregaba en sus regordetas manos la revista, la hojeaba preocupado en ese mismo instante en busca de la crìtica que le habìamos prometido publicar sobre alguna temática de su introducción a la extensa antología de La Poesía Mexicana del Siglo XX (1966), Poesía Mexicana II, 1915-1979 (1979) La Poesía Mexicana II, 1915-1985 (1985).

 También la revista Mensajero de Literatura fue censurada la portada a cuatro tintas --rojo y negro-- con la temática BEAT, ( una postal inglesa de los años setenta original de una mujer desnuda en un camión de servicio público de color rojo, rojo inglés, rojo clásico de un "bus" de dos pisos de la ciudad Londres a la manera de la película de la Naranja Mecánica, obsequiada la postal a la editorial Mensajero por la escritora Siboné Cerisola en un largo viaje que realizó a europa, postal censurada de la que se tuvo que pegar una etiqueta roja para cubrir los hombros; y como respuesta incluìmos debajo de la etiqueta censurada un logotipo de la revista para ganarse un libro para aquèl que tuviera la suerte de encontrarlo. Fueron 400 libros entregados a los ganadores.

 La revista fue censurada y recogida en el palacio de Bellas Artes cuando se repartió gratuitamente en uno de los últimos homenajes a Jaime Sabines. 

A decir verdad cargaba 400 ejemplares, doscientos en cada mano a las diferentes instituciones para su distribución en bibliotecas escolares. 
Sobre el proyecto de traducción El Elefante Blanco con Philippe Ollé Lapruneen que en ese entonces fungía como encargado de la cultura de la embajada de Francia y este proyecto consistía en que tarducírìamos a poetas franceses publicados en  las revistas francesas para hacer lo mismo en la revista Mensajero de Literatura.

 Recuerdo que se invitó al pintor Felipe Gaytán Gaytán para colaborar con la revista, al principio escribió un artículo llamado" La Biblia, Brugel y la Torre de Babel" con el inconveniente de incluir varios temas generales en un mismo escrito, (un paso natural de todos los que empezamos a escribir) pero el consejo de Mensajero de Literatura no aprobó para su publicación, y el Sr. Felipe Gaytán nos mandó a la tiznada, yo le sugerí que insistiera en su artículo y le advertí de algunos puntos en su escrito (que escoja sòlo un tema de su artículo y lo desarrollase de la siguiente forma:  dele paseos por las diferentes interpretaciones a su gusto y razòn,  que revisara también a otros autores lo que escribían al respecto y tratara de añadir, citar, o contradecir sobre estos mismos autores en cuestión -- esta es parte de la crítica moderna -- y sobre todo y lo màs importante: lo más breve posible que ello no es más que escribir certero, agudo, y agradablemente irónico, dejando atrás las dudas y ambiguedades propias de la reflexión. 

A la semana siguiente presentó el escrito y lo aprobamos, además se le creó el nombre de la  columna permanente en la revista llamada: " Da Vinci narraba con el pincel..." (culpo a los del consejo editorial democrático por la aprobación de este título) 

Con el tiempo nos quedamos solos, ya que no aguantaron la disciplina y el rigor los participantes del consejo editorial al crearse el Centro de Estudios Mensajero de Literatura, debido a que se imponía la obligación de leer libros verdaderamente, en el caso de la temática Beat se leyeron casi 10 libros por persona de cuarenta que habíamos conseguido de difícil adquisición, caros, y de las ediciones casi todas fueron de publicación en idioma inglés.

No aguantaron la presión los del consejo editorial  de la Revista Mensajero de Literatura y dejaron de asistir. Recuerdo a Jafett Martelli que escribía de vez en vez crónicas en los periódicos,  no lo ubico en el presente en ningùn lado de la literatura; le gustaba la fotografía, no dudo que cambió las letras por la cámara fotográfica leica con óptica Carl Zeiss; y al Sr. Wenceslao Bruciaga su cuate que recién publico un libro --"Tu lagunero no vuelve más" --también del consejo editorial que escribía prosa vanguardista (?) sobre temas como, el sexo, y la insoportable vida en el mundo, etc., quería ser maldito... ese fue su error --genio y figura-- 

Al escribir, Wenceslao no lo hacía mal, pero cuando había que hacerlo de una temática impuesta por la revista se le dificultaba la escritura y se volvía arrogante. ( Aquí esta el secreto de la profesión que es la característica de los grandes escritores, su talento ante la diversidad literaria) No he sabido de él sino cuando leí en el revistero de un consultorio, allí, en la última página de una revista femenina, y a  todo color, nuestro compañero del consejo editorial escribíendo sobre un tema neutro ¿ambigüo ? que para el contexto de la revista no había lugar, y que ya no  recuerdo el argumento ni motivo;   atribuyo èsto a que no entendí el escrito, ni para qué lo escribía.
Ojalá se reencuentre con la literatura, ahora más veterano, que estamos aquí para apoyarle.... Juan Cu